Para tu compañero peludo es uno de los comportamientos más habituales, y es que a los perros les gusta morder.
Para tu compañero peludo es uno de los comportamientos más habituales, y es que a los perros les gusta morder.
Ya desde que son pequeños, esos tiernos cachorros, es una de las formas que tiene de interactuar con su entorno, aprendiendo, poco a poco, cómo y cuando deben morder. Por eso, es en estas edades cuando debemos enseñarles qué se puede morder y qué no.
Y es que si no conseguimos que en tempranas edades, que no todo se puede morder, podemos crear un problema, tanto en el hogar como en las salidas a dar paseos, convirtiéndose en un problema también para él.
Porque cuando crecen, pueden intentar morderlo todo y nos va a costar mucho más averiguar qué está causando este tipo de conducta y por lo tanto, corregirlo. Deberemos invertir mucho más tiempo y esfuerzo comprender qué es lo que ocurre y por qué ocurre y cómo solucionarlo.
Primero vamos a ver cuáles son las posibles causas que llevan a que tu compañero peludo se dedique a morderlo todo.
Cuando son pequeños y son cachorros, morder puede tener muchos significados, pero normalmente es porque están explorando, aprendiendo. Como no tienen manos, es lógico que utilicen como recurso la boca para agarrar o probar las diferentes texturas de los objetos que los rodean.
Porque todos los perros cuando son cachorros tienen una curiosidad inmensa y todo lo que hay a su alrededor les llama la atención, y por supuesto, lo quieren conocer, probar, saborear…
En estos casos, el castigo físico no es la solución, ni tampoco enfadarte, debes armarte de paciencia y saber que va a morder todo lo que le rodea. La mejor manera para evitarlo sería reconducir esta energía y curiosidad.
Y seguro que en alguno momento muerde algo que no queramos, por lo que habrá que imponerse con firmeza, o interrumpiendo la actividad que estéis realizando, para que sepa que ha llegado hasta el límite y que no debe pasarlo.
Uno de los errores más comunes que se suelen cometer es intentar quitárselo y tirar del objeto, lo que para nuestro pequeño será como querer iniciar uno de sus juegos preferidos, el tira y afloja.
En estos casos, la mejor opción sería redirigir la atención hacia otro objeto que sepamos que le gusta morder y con el que ya hemos jugado con anterioridad, para que suelte el que tiene en la boca y así poder quitárselo. Este método, junto con el refuerzo positivo tras soltar lo que no queremos que muerda.
Durante el proceso del cambio de dientes, de la dentadura de leche a los dientes de adultos, o definitiva, nuestro compañero encuentra alivio mordiendo objetos.
Al igual que ocurre con los bebés, cuando comienzan a salir los dientes, que se llevan todo a la boca para morderlo, una de las formas que usan los padres para evitar esa incomodidad, es darle objetos que estén fríos y así aliviarles, así reducir las molestias.
Para nuestros cachorros que pasan por esta situación, que suele ocurrir, más o menos a los 4 meses de edad, también necesitarán aliviar esas molestias y el dolor que les provoca la caída y aparición de los dientes definitivos.
Al igual que con los cachorros humanos, el frío suele ser un gran aliado para reducir ese dolor. Si dentro de un poco de agua helada, incorporas un premio o comida que sepas que le guste, el perro acabará asociando, no solo a que ese hielo le calma el dolor, sino que dentro tendrá una estupenda sorpresa.
No solo el hielo es la solución para este tipo de situación, en el mercado también dispones de juguetes y mordedores específicos para este tipo de etapa de tu compañero peludo.
Es una de las causas más comunes por las que los perros, ya adultos, suelen tener tendencia a morder los objetos que le rodean.
Las causas que le pueden provocar la ansiedad son muchas y muy variadas, y el primer paso que debemos dar, es saber qué está provocando esa ansiedad.
Estar mucho tiempo solo en casa, los viajes, cambiar rutinas e incluso el cambio de alimentación pueden ser causas que lleven a tu compañero peludo a padecer esta ansiedad.
Por norma general la causa más común suele ser la soledad, el quedarse mucho tiempo solo, sin compañía, ya que estos animales son gregarios y les gusta estar acompañados de su manada, es este caso tú y tu familia.
Cuando hablamos de largo periodos en soledad no nos estamos refiriendo a días, que también, sino que simplemente la ausencia de la manada durante unas horas, ya puede provocar una sensación de abandono, y por lo tanto, comience a desarrollar esta ansiedad.
Por eso, en estos casos, si tienes que dejarlo solo, por razones labores o personales, la mejor manera de que no comience a morderlo todo, sería que estuviese lo suficientemente cansado y relajado.
Si además le dejas sus juguetes preferidos o pequeños juegos que le estimulen, para así mantenerlo ocupado durante tu ausencia.
En el caso de que esto no funcione, existen sustancias que puedes adquirir para evitar que muerda algunos elementos, como las patas de las mesas, lo cojines, la ropa… aunque retirarlos de su alcance también es una manera de evitar su destrozo.
Así que ahora que ya sabes qué puede ser lo que esté causando que tu perro tenga toda tu casa llena de objetos mordidos, es el momento de sentarse y analizar cuáles pueden ser las causas y buscar soluciones para corregirlo.
Y en el caso de necesitar ayuda de un profesional, puedes contactar con algún adiestrador de tu zona que pueda ayudarte.