El hocico de los perros

La imagen más típica de cualquiera de nuestros compañeros peludos es usando uno de sus sentidos más desarrollados, el olfato, y el hocico del perro es a través del que reciben toda la información.

La imagen más típica de cualquiera de nuestros compañeros peludos es usando uno de sus sentidos más desarrollados, el olfato, y el hocico del perro es a través del que reciben toda la información.

Si lo observas durante un par de minutos, podrás darte cuenta que no solo olisquea objetos o personas, sino que también le ves oler el ambiente, detectando todos lo rastros que puede haber en el ambiente.

El hocico del perro

Para un canino, el hocico es una de sus herramientas fundamentales, al ser uno de los órganos más desarrollados que tienen, sensitivamente hablando. Y es el que el olfato es uno de los sentidos más desarrollados que tienen y con el que son captar cientos de matices que a nosotros se nos escapan. Además, el hocico de cada perro es diferente entre ellos, como una huella dactilar en humanos.

Al hocico del perro también se le conoce como trufa, y con una red de receptores entre 200 y 300 millones, le confieren la capacidad de distinguir una cantidad muy superior de matices.

Este hocico y sus receptores se forma plenamente desde su desarrollo embrionario, por lo que nacen con un olfato plenamente desarrollado. Fundamental para su supervivencia, ya que todo can nace sordo y ciego, por eso se convierte en imprescindible para su subsistencia en sus primeros momentos de vida.

Pero nuestros compañeros peludos, al igual que nosotros también utilizan el hocico para respirar, aunque lo hacen de manera diferente.

Los humanos tenemos nuestros receptores olfativos en nuestras fosas nasales, que es por donde también entra el aire que respiramos. Sin embargo, en nuestros compañeros peludos, no se estructura de la misma forma.

El hocico y su sistema respiratorio es diferente al nuestro, permitiendo la entrada de aire que se dirigirá para continuar circulando por el sistema respiratorio, mientras que los olores se separan y son conducidos por la parte olfativa de la nariz, y este estímulo llevará la información a los receptores del cerebro que se encargarán de analizar esa información.

Por lo que podríamos decir que el hocico tiene dos vías, una para los olores y otra para la respiración en sí. Teniendo en cuenta que un perro es capaz de respirar hasta 5 veces por segundo, y contando con la mayor cantidad de receptores que posee, además de una parte del cerebro especializada en el reconocimiento de olores, ¿cómo no se va a poner nervioso al salir a la calle y detectar una cantidad ingente de estímulos?

Diferentes tipos de hocico

Cada raza de perro tiene un hocico diferente, lo que también hace que haya razas mejor preparadas para poder más detalles con su olfato, o ser capaces de distinguir mejor entre ellos, que otras razas de perros.

Existe la teoría de que los perros con las orejas más largas, como los Beagles o los Basset Hound, son razas de perros que poseen un gran olfato gracias a sus orejas.

Según parece, estas orejas largas sirven de “escoba” para los aromas que arrastran hacia el hocico y permiten así que su diferenciación entre olores sea más alta, es decir, que su olfato sea más preciso.

Otras razas de perros que tienen un sistema olfativo más desarrollado y por lo tanto su sentido es más fino, son aquellas que suelen apreciar mucho los cazadores, son razas como los Pointer, Braco alemán, Bloodhound, Malinois belga… Perros que se suelen usar en monterías, para levantar las piezas o simplemente para cobrar el animal abatido.

Como dato curioso, el animal con mejor sentido del olfato es el elefante africano, seguido de las ratas.

Pero no todas las razas de perros se caracterizan por tener un olfato tan desarrollado, existen algunas razas, como son las de morro chato, que no tienen este sentido tan agudo. Son razas como el Bulldog inglés, el Bulldog francés, los Bóxer o los mastines.

De hecho, en razas como los Bulldog, en cualquiera de sus variantes, o los   suelen ser perros que con el paso del tiempo desarrollan enfermedades en el sistema respiratorio. Pero esto lo veremos en otro momento.

Vigila el hocico de tu perro

Como ya te habrás dado cuenta, el hocico de tu perro siempre está húmedo. Las causas por las que siempre está así son dos.

La primera de ellas es porque forma parte del sistema de regulación de temperatura del animal. Como ya sabes, tu compañero peludo no suda, no tiene esa capacidad y regula normalmente esta temperatura a través de exhalación. Pero la nariz también forma parte de este sistema ya que gracias a esta mucosa que recubre su hocico, expulsa el calor de su cuerpo.

La otra, es la función de esa mucosa que recubre su trufa le permite disolver los aromas del ambiente, facilitando así la labor de reconocimiento de diferentes olores y haciendo que su olfato sea más preciso y aumentando la cantidad de aromas que hay a su alrededor.

Por eso has de vigilar siempre que el hocico esté siempre húmedo. En el caso de que detectes que no es así, debes saber desde cuando lo tiene así, ya que puede deberse a un momento puntual en el que el perro se encuentre en un lugar con poca circulación de aire, o que acabe de realizar un esfuerzo físico.

En el caso de lleve tiempo con el hocico así, es recomendable la visita a un especialista, ya que puede conllevar que el animal esté desarrollando enfermedades más importantes, como el moquillo o el parvovirus.

¿Cómo proteger el hocico?

Para que la trufa de nuestro compañero peludo esté siempre en un estado óptimo y evitemos posibles males mayores, os vamos a dar una serie de recomendaciones.

Ahora que estamos en verano, aprovechamos para dar paseos más largos, estar más tiempo fuera de casa y expuestos al sol. Al igual que nosotros nos protegemos utilizando cremas, nuestros compañeros también deben estar protegidos.

Esto no quiere decir que le untemos con crema solar, algunas personas lo hacen, simplemente tendremos que estar atentos a que su hocico no se seque y por supuesto vigilar un posible golpe de calor, que tanto mal le puede hacer.

Para evitar tanto los golpes de calor como la sequedad del hocico, con hidratarle debidamente, lograremos evitarlo. Mantener agua en su cuenco, o si estamos fuera de casa, utilizando un recipiente con agua fresca, permitirá que siempre esté hidratado.

Además, en verano, debemos tener cuidado con las hierbas secas que podemos encontrar en nuestro camino, o con las plantas que puedan provocar algún tipo de reacción en su hocico y que son muy molestas para nuestro compañero.

Y al igual que con el calor, el frío no le sienta nada bien al hocico de nuestro can. Tanto el viento como las bajas temperaturas pueden resecar su trufa y acarrearle alguna enfermedad.

Una de las preguntas más recurrentes, sobre todo en niños, con referencia a nuestros compañeros peludos, es ¿por qué se huelen los perros unos a otros?

Al oler el trasero unos a otros son capaces de reconocer el sexo, la dieta o como se siente. Es una especie de DNI entre perros.

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